Para comenzar, es imperativo reconocer que el verdadero Dios viviente del que se habla en Un curso de milagros es un Ser no-dualista, en Quien no residen opuestos en lo absoluto. El Santísimo es el Creador de toda vida, un Ser de puro Amor y la Fuente y Primera Causa de una realidad y totalidad nofísica, el perfecto Uno Quien lo abarca todo, fuera de Quien no hay literalmente nada, puesto que Él es Todo. La naturaleza de nuestra Fuente no puede describirse ni entenderse en modo alguno, como comenta Jesús en el libro de ejercicios: La unidad es simplemente...