Antonio Plana, el autor de Sadgurú – Viaje a la India de Shri Siddharameshwar Maharaj, sintió la necesidad de algún tipo de búsqueda desde que era adolescente, que aunque se topó con el budismo tibetano a los dieciséis años, en los años setenta, primero quiso hacer su carrera profesional, por lo que se centró en los libros de desarrollo personal y la psicología. Esa fase previa fue fundamental, pero un día dejó de ser suficiente y a comenzó una búsqueda llamada espiritual aunque a él no le guste esa palabra. Retomó el budismo tibetano, a los treinta años y se embarcó durante veinte años en la ardua imaginería —a la vez que bella— de esta tradición. Aquí no se encontraban respuestas, descubrió el Zen y estas respuestas llegaron en más medida y menos tiempo. Practicante incansable, tocó techo en lo que podía comprender en el Zen y el Budismo Tibetano. Por suerte, había descubierto a Nisargadatta Maharaj y Ramana Maharshi y sintió que la búsqueda más elevada iba por allí.